Por Martín Abreu…
Canelones volvió a ser cuna de crack con Jacinto Callero, quien no cumplió con la habitual etapa de baby fútbol y se fue derecho al club de sus amores «Hice las menores en Darling con Manolo Rebollo. Otra época linda, en la selección juvenil también. De ahí me fui a Reformers, porque a la «Blanca» llegó Mauricio Aguirre, que luego me entero que era mi hermano»… Una historia familiar de la cual no quiso detallar.
Inolvidables momentos en Reformers y de ayuda mutua… «Hasta mi familia iba a la cancha. Recuerdo que varias personas me invitaban a almorzar»… Aunque su debut no dejó una muy buena impresión «¡Me hicieron 7 goles! Todos por arriba en el área chica. Yo era chiquito. La mayoría me quería sacar, pero el «Chocho» Cabrera pidió que me dieran una oportunidad y no salí más del arco».
No solo la pelota lo hacía feliz en ese entonces «Me venía con regalos de acá y de allá»… Aquel joven soñador ya tenía un referente «Pérez, un golero que atajó en Central Español y vino a Liverpool. Era un fenómeno». La primera oferta que llegó desde la capital fue de Peñarol, allí entrenó, concentró, aunque el amor en tres colores pudo más. Claro, se perdió momentos históricos del aurinegro.
«Me perdí todo lo que ganó, pero me sentía perdido. Recuerdo que estábamos en un hotel con todos los futbolistas de afuera; Chupete «Hernández», «Carlitos» Pérez, campeón del mundo. Yo quería jugar en Nacional, sentía la pasión, el orgullo y por eso no me arrepiento»… Al tiempo armó el bolso… Jacinto, nos interiorizó en la transferencia:
«Reformers recibió 12 mil pesos. Ahí está la sede…» Callero se llevó lo suyo: «A mi me quedaron 800 pesos, mucha plata en ese entonces. Yo estuve una vida viviendo con eso. Me cambió la vida, pero no sabía el valor. Recuerdo que hicimos unos arreglos en casa»… Daba para todo, hasta para las pilchas «Con mi hermano Juan nos fuimos a Montevideo a comprar ropa, de toda clase»… Contó entre risas.
Dio su primer gran paso y allí recuerda un abrazo especial «Con mi padre y con mi hermano Juan»… Un silencio, porque la emoción se apoderó de él. La familia lo era todo «Muy trabajadora y humildes. Soy lo que soy por ellos. Yo no reniego la pobreza, al contrario te enseña a vivir. Te da cachetazos fuertes porque te falta lo esencial, a mi el fútbol me dio esas enseñanzas. El tren pasa una vez sola y para mi pasó»… Jacinto, detalló la época en Canelones «Había mucho laburo, te pedían mandados y te daban la propina. Esa era nuestra vida. Mi padre trabajó casi 45 años en la Conaprole y de ahí salía todo».
La vida cambió, el ir a la capital se hizo habitual y los viajes pintorescos «Yo viajaba en tren porque me dejaba en la estación central, luego me tomaba el 191 y me iba al Parque Central caminando. Lo mismo al regreso. Para mi eso no era sacrificio, era hermoso»... La primera vez en cancha con Nacional se dio nada más y nada menos que ante Peñarol en quinta división, lo mismo le ocurrió en primera, en 1966. La única y gran diferencia es que el Centenario estaba colmado. ¡70 mil almas en el templo mayor del fútbol uruguayo!
«Había que estar ahí»… Expresó, antes de recordar el momento exacto de su debut oficial… «Roberto Sosa, un fenómeno, se lesionó y Jacinto a la cancha. La verdad que se hacía pesado, pero las ganas eran mayores» Entró en ventaja 1-0 y Abbadie igualó las acciones para el 1 a 1 final «Dentro de todas las responsabilidades, mi labor fue normal. El gol se lo hacían a cualquier golero del mundo».
Al fin de semana siguiente jugó de titular ante Racing y obtuvo el campeonato uruguayo «Fue cumplir un sueño, tal vez de las cosas que más me emocionó. Era lo que yo quería, con el título iban mis sentimientos»… Luego de la conquista, fue convocado a la selección y pasó a jugar en Rampla Juniors. «Nacional trajo a Rogelio Domínguez de Real Madrid, argentino él, atajaba más que yo con una mano sola».
En el «Picapiedra» también quedó su huella marcada… «Obtuvimos el Torneo de Copa 1967. Le ganamos el clásico a Cerro en el Tróccoli. Pah, eso si era complicado». La coronación no tapó la realidad que vivían… «Yo fui a préstamo. Estuve 8 meses y no cobré un peso»… Así culminó su primer paso por el fútbol profesional. Fue Luis Dogliotti, su amigo, quien le dijo «Cache», como él me decía, solucionamos el problema acá y nos vamos para Canelones, Yo después me encargo si podes volver»… El «Pito» había asumido en Libertad.
En ese ínterin, Hohberg lo había recomendado para un equipo de Ecuador y Jacinto no accedió. Tras varios años en el rojo, en 1975 comenzó a defender la camiseta de Sporting. «Jugaba y atendía la cantina, que era del «Baby» López». Ese dinero era el que entraba en mi casa». Volver a su fútbol, a su ciudad, no lo afectó «Yo no me avergoncé, soy un agradecido. No me vine porque era un fracasado, yo quería jugar a la pelota».
De forma impensada, apareció el Profe. De León, su entrenador de tercera en Nacional, para devolverlo al fútbol profesional. La historia, porque eso fue lo que hizo, se puso violeta…«Jamás imaginé todo lo que viví en ese entonces. No te imaginas los jugadores que habían. Yo tenía 31 años y solo fui por una temporada»… El conjunto del Parque Rodó gritó campeón uruguayo en 1976 por primera vez, rompiendo así la hegemonía de los grandes «La vida te pone cosas en el camino que uno no las espera. En una semana me cambió la vida».
Hasta el día de hoy sigue siendo reconocido por la institución «Tuve más reconocimientos que en Nacional»… Jacinto explicó el por qué de tanto cariño y la diferencia «En los grandes es una obligación ganar, en Defensor ganar o perder está aceptado, pero marcamos un antes y un después. Cambiamos la historia»… Recordó la importancia del factor motivacional «Las charlas de De León te daban ganas de pegarle a la pared porque sabía que la ibas a romper».
Recuerda un encuentro especial, Defensor vs Cerro «A mi me tocó jugar unos cuantos partidos. Estaba Clavijo de titular y el tercer golero era un joven Fernando Álvez. En el Troccoli, le contuve un penal al «Pigmeo» Lorenzo»… Jacinto, marcó diferencias entre aquella época y la modernidad, claras, que nacen desde la planfiiación.
«Desde enero, cuando comenzaba la pretemporada, ya sabías el plantel de los equipos hasta diciembre. El jueves se conocía el once titular, no habían misterios. Hoy te enteras unos minutos antes del encuentro. Un suplente entraba por expulsión o lesión. Era un fútbol diferente, con tremendos duelos. «Tito» Goncálves y Ruben González, mama mía»…Recordó.
Hasta las derrotas eran diferentes… «Cuando se perdía un clásico no salíamos a la calle por 20 días. Ibas a practicar y nada más», Las concentraciones más extensas «Eran pesadas. Desde jueves al domingo»… El fruto mayor, como contábamos en anteriores párrafos, fue su convocatoria a la selección uruguaya y el ser campeón de América en 1967, aquel equipo dirigido por Juan Carlos Corazo, con jugadores como Forlán, Mazurkiewicz, Montero Castillo, Mujica, Rocha… «Fue un regalo de la vida del cual nunca me voy a olvidar. Yo estuve convocado por la lesión de Roberto».
Al contarlo se notaba su disfrute y orgullo «No era fácil ganarle a Argentina y Brasil con aquellos planteles. Nosotros nos destacamos por la solidez defensiva»… En 2017, a 50 años del título, AUF homenajeó a dicho plantel. Jacinto, aunque poco sale, asistió «Vino Luis (Dogliotti) y me dijo que tenía que ir, que no podía faltar. Fui, éramos sólo 9, los demás fallecieron. Mi señora lloraba de emoción».
El título mantuvo la normalidad en el pueblo, no hubo caravana, como está de moda hoy… «Nunca nada. Yo no culpo a nadie porque tal vez yo no me hice querer y no me lo merecía…». No solo dio que hablar a nivel nacional e internacional, Jacinto hizo historia con la selección de Canelones al ganar el sur en cuatro ocasiones; 70, 71, 72, 73.
«Se llenaba el estadio, jugábamos a recaudación. Con Durazno, San José y Florida no entraba la gente.. Hoy creo que se ha perdido el entusiasmo y eso que se han coronado en el interior, ¿sabes lo que es eso?. Nosotros no jugamos el Nacional porque no había plata. Habían muy buenos jugadores».
Luego de su salida de Defensor Sporting, en 1977, Santa Lucía fue por sus servicios. Jacinto solicitó trabajo «Comencé a laburar en la pandilla. Al tiempo ingresé en la impositiva»… Palabra autorizada para recomendaciones a aquellos jóvenes futbolistas «El fútbol es un trampolín bárbaro de bienestar para muchas familias. Ojalá sepan estar frente a todo eso porque es una nube; Si te sacan la nube y sabes sobrellevarla, notable, pero si te cae arriba no salís más.
Ya retirado de su carrera, Jacinto se vinculó al fútbol como entrenador de goleros. Tuvo su escuelita en el prado de Canelones, además de trabajar en varias instituciones; Habló de los últimos buenos arqueros canarios, a quienes él entrenó «Fernando González, si no lo hubiesen apurado, hoy era el titular de Peñarol; Consecuente, responsable, de buena familia. También Matías Castro; No tenía o no tiene techo. Siempre dije que era un golero para la selección. Después Martín Penni o el «Talo» Bentancor, que no se dedicaron. Capaz que me olvido de alguno y les pido perdón».,,
´Crónicas De La Soledad´, hermosa canción de Larbanois-Carrero, describe a la perfección la hazaña en el Maracaná en 1950, pero también la otra cara de la moneda… *Cuando la vida los perchó de los estadios, ya no hubo foto, ni entrevista, ni equipier, la fama en offside se les va en un pique largo y hasta el recuerdo se hace el gil para no ver*…
Jacinto, no fue excepción a este tipo de situaciones. «No fui profeta en mi tierra, ni valorado. Tengo 75 años, en 2018 recibí mi primer homenaje y fue por el rotary. No pasó solo conmigo, con muchos. Los de afuera hacen más ruido. Ojo, tal vez nosotros no tratamos a las personas como debíamos…».
No solo con personas desconocidas, la reflexión y esa especie de decepción llegó hasta sus más cercanos…«El fútbol y mi carrera me enseñaron que elegí mal a mis amigos. Los que estaban en la época de oro al tiempo se borraron».
Luego de mucha entrega y sacrificio, Jacinto disfruta de lo simple y más valioso de la vida «Tengo una digna jubilación, estoy bien de salud, tengo mi casa y una familia consolidada. Más no puedo pedir». Es padre de cuatro hijos y abuelo con 14 nietos. Además, un multicampeón y canario.