Del sur al norte del país, del amateurismo canario al fútbol profesional uruguayo. Los cambios y la nueva vida de Diego Rodríguez.
Tacuarembó comenzó la temporada 2019 de la Segunda División con igualdad de local frente a Atenas y viene de caer el pasado sábado en el Parque Capurro ante Sud América. El próximo domingo vuelve al Goyenola para recibir a Villa Teresa en busca de su primera victoria. Pablo Tiscornia no podrá contar con el defensa, ex Defensor Alanta.
Diego Rodríguez cumplirá su partido de suspensión, pero ya trabaja en su retorno. Desde la tierra de Gardel, luego del entrenamiento del miércoles, contó qué han dejado estos dos primeros cotejos «No fue lo esperado, por los resultados que se dieron, pero por otra parte feliz por el debut personal a nivel profesional»… Lógicamente que muchas cosas pasaron por él en su primera presentación.
«Me sentí muy bien aunque demasiado ansioso. Rápidamente me acordé de mi padre, mi máxima inspiración, al igual que mi hijo y mi mamá»… Es que el irse en la búsqueda nuevos retos también tiene de las negativas «La llevo bien por suerte. Estoy con buena gente acá y el fin de semana trato de aprovecharlo para irme a casa. Se extraña mucho el enano».
Cerca de 1500 personas asistieron al Goyenola para el debut de Tacuarembó «Siempre acompañan. Para mi gusto es un club grande de la divisional. No hay presión, eso se lo pone uno mismo. Presión tenía cuando salía a laburar 10 12 horas por día»… Titular en ambos partidos, siendo utilizado por Tiscornia en la defensa y con variantes en la ubicación.
«Hemos jugado con línea de cuatro en las dos ocasiones y estuve en la zaga, tanto por el lado derecho como por el izquierdo. En cualquiera de los dos lados me siento bien»… Cambios notorios e importantes para Rodríguez, algo que lo toma como ventaja y muestra su felicidad «Era un desafío lindo porque acá no se pueden dar ventajas y la parte física es fundamental. Tuve la gran ayuda de Nicolás Gandini, quien confió en mi. Se nota la diferencia».
El objetivo es el ascenso, pero Tacuarembó «Quiere salir campeón», así lo aseguró el jugador. Vive con dos canarios y un capitalino. Ingresando en la interna de la casa, Diego fue claro «Yo cocino todos los días porque me gusta. Marco Gilibertti tiene la esponja de lavar los platos tatuada y Leandro Elizeche se encarga de la escoba»… Confesó entre risas.
Tranquilidad en el pueblo «Es muy lindo y cuenta con buena gente», En los ratos libres «Tratamos de descansar e ir al gimnasio»… Contrajo una buena amistad con Deivis Barone, jugador con una trayectoria importante «Es un crack. Gracias a dios me ha tocado coincidir con muy buenas personas en esto del fútbol. En este caso, como también con Baltasar Silva, lo tomo como aprendizaje».
Contento, seguro y mentalizado en lo que quiere. A sus 26 años, Rodríguez vive un momento soñado en su vida y el ascenso como el sueño deportivo del 2019.
Martín Abreu